Mi amigo el fotógrafo Gary llegó al restaurante por un churrascazo a lo pobre y una jarra de chicha morada. “María, no me cansaré de decir que el Perú es una tierra bendita que lo tiene todo. Nuestra costa, sierra y selva poseen belleza y riquezas increíbles. Hace unos días, la Amazonía fue coronada como una de las ‘Siete Maravillas Naturales del Mundo’. Otro motivo más de orgullo. El Estado debe mirar más para esa parte del país, darle todo lo que necesita para que desarrolle su potencial y atraiga más turistas. Así habrá más trabajo y prosperidad para todos.
En Cusco, Machu Picchu es motivo de admiración mundial. La maravillosa ciudadela inca está compitiendo por ser considerada el ‘mejor destino’ y ‘mejor destino ecológico’ de América del Sur. Es, sin dudas, un firme candidato para ganar el prestigioso premio World Travel Awards, pese a que debe competir con Río de Janeiro, Sao Paulo, la Patagonia y otros atractivos del continente. La próxima semana se conocerá al ganador y tengo fe que Machu Picchu sumará un nuevo galardón.
Pero no solo Machu Picchu representa al Perú en dicha competencia. Lima también se presenta como candidato a ‘mejor destino’ y ‘mejor destino gastronómico’ de América. Nuestra capital, las tres veces coronada Ciudad de los Reyes, posee un encanto único, pues combina la modernidad con la tradición de épocas como la preinca, incaica, virreinal y republicana.
Los limeños tenemos la suerte de ver en cada esquina extraordinarios monumentos históricos. Ahí están los balcones coloniales, la Catedral de Lima, el Palacio de Gobierno, el Congreso de la República, el convento de San Francisco, el Tribunal de la Santa Inquisición y tantos otros. Y si a todo esto le sumamos lo delicioso de nuestra comida, tenemos la combinación perfecta. Quien llega a Lima no solo queda enamorado de sus monumentos, de su mar y de su gente, sino que también tiene la oportunidad de probar todas las comidas del Perú, pues en nuestra ciudad están reunidos los sabores de todo el país.
Desde un chinguirito chiclayano, pasando por un chupe de camarones arequipeño, una sopa secana chinchana, los juanes de la selva o la puca picante ayacuchana. Todo se puede asentar con una chicha morada, alguna de nuestras cervezas, que son de las mejores del mundo, o con nuestro maravilloso pisco. Me quedé corto.
El Perú va para arriba y solo nos queda cuidar y tratar a los turistas como si fueran nuestros hermanos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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